U.S. President Donald Trump signed a National Security Presidential Memorandum that intensifies the economic, commercial, and financial embargo against Cuba, a policy that, according to Washington’s narrative, aims to promote “freedom and democracy.”
However, this document goes beyond a simple regulatory adjustment, tightening a decades-long blockade that directly impacts the Cuban population.
Measures such as the explicit prohibition of U.S. tourism, restrictions on remittances, and stricter financial sanctions not only strangle key sectors of the island’s economy but also expose a strategy of interference that prioritizes political pressure over human well-being.
In the context of a global economic crisis, these provisions worsen the difficulties faced by Cubans, limiting their access to essential resources and challenging international law.
The National Security Presidential Memorandum outlines a set of measures designed to further isolate Cuba from the global economic system. The tourism ban is one of the most severe provisions, including periodic audits and requiring travelers to record all transactions related to Cuba for at least five years.
This restriction directly affects a sector that attracted 2.2 million international visitors in 2024, many of whom relied on indirect flows from the U.S., such as family visits or organized trips.
Additionally, the memorandum tightens restrictions on remittances, whose decline in 2024 reached a concerning 43.4 percent ($1.113 billion), according to official data.
These restrictions affect thousands of Cuban families who depend on these funds to purchase food, medicine, and other essential goods. Furthermore, the new financial sanctions make international transactions more difficult by imposing penalties on banks and companies that operate with Cuban entities, worsening the island’s economic isolation.
These measures, far from being merely administrative, have a direct impact on daily life, exacerbating shortages and limiting economic development opportunities.
Historically, the embargo against Cuba reflects a pattern of fluctuating policies that have shaped relations between Washington and Havana. During Barack Obama’s administration (2009–2017), there was a period of rapprochement, including the easing of travel restrictions, the restoration of diplomatic relations in 2015, and the removal of Cuba from the list of state sponsors of terrorism.
This “thaw” allowed for increased cultural and economic exchanges, although the embargo was never fully lifted.
However, during Donald Trump’s first term (2017–2021), these advances were reversed, with 243 additional punitive measures implemented and Cuba reinstated on the list of state sponsors of terrorism in 2021, a decision that further hindered international financial transactions.
The administration of Joe Biden (2021–2025), while maintaining this designation, adopted a more moderate approach, restoring student visas and easing some travel restrictions. With the start of his second term in January 2025, Trump has resumed an aggressive stance, not only keeping Cuba on the terrorism list but consolidating the embargo with the new memorandum.
In response, the Cuban government, led by President Miguel Díaz-Canel, has condemned the memorandum, calling it an “aggressive plan” that reinforces the embargo and violates fundamental principles of international law, such as the right to development and a decent standard of living.
Díaz-Canel stated that the measure would not “break” them: “The U.S. adopts a new aggressive plan against Cuba. Responding to narrow and unrepresentative interests in that country, it reinforces the economic blockade. The goal: to cause the greatest possible harm and suffering to the people. The impact will be felt, but we will not be broken,” the president emphasized on X.
According to experts cited by Prensa Latina, the U.S. tourism ban will have devastating consequences for small businesses, self-employed workers, and families dependent on this industry, which generated over $2 billion in revenue in 2024.
International organizations, such as the United Nations (UN), have reiterated that the embargo constitutes a violation of human rights by limiting Cubans’ access to essential goods.
These criticisms highlight that, although sanctions are presented as a tool to pressure the government, the main victims are the people.
The implicit objective of the memorandum is to destabilize the Cuban government by generating social unrest through economic pressure.
The combination of the tourism ban, declining remittances, and financial sanctions exacerbates structural problems such as the dollarization of essential services, including mobile internet access and fuel purchases.
In 2024, power outages and shortages of basic products had already caused internal social unrest, a situation now made more complex by the new measures, which aim to intensify the pressure.
Nevertheless, initiatives such as diversifying exports and promoting tourism from other markets are alternatives from Havana to mitigate the impact of the embargo. Despite the difficulties, the island remains committed to sovereignty and self-determination.
— news from teleSUR
— News Original —
¿Qué plantea el nuevo Memorándum de EE.UU. contra Cuba?
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó el martes un Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional que recrudece el bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba, una política que, según la narrativa de Washington, busca promover «libertad y democracia». n nLEA TAMBIÉN n nALBA-TCP condena nuevas medidas de EE.UU. contra Cuba n nSin embargo, este documento, lejos de ser un simple ajuste normativo, intensifica un cerco de más de seis décadas que afecta directamente a la población cubana. n nCon medidas como la prohibición explícita del turismo estadounidense, restricciones a las remesas y sanciones financieras más severas, el Memorándum no solo asfixia sectores clave de la economía insular, sino que pone en evidencia una estrategia de injerencia que prioriza la presión política sobre el bienestar humano. n nEn un contexto de crisis económica global, estas disposiciones agravan las dificultades de los cubanos lo que limita su acceso a recursos esenciales y desafiando el derecho internacional. n nEl Memorándum Presidencial de Seguridad Nacional detalla un conjunto de medidas diseñadas para aislar aún más a Cuba del sistema económico global. La prohibición del turismo estadounidense es una de las disposiciones más severas, que incluye auditorías periódicas y la exigencia de que los viajeros registren todas las transacciones relacionadas con Cuba durante al menos cinco años. n nApretar más la tuerca, hacer el cerco más estrecho n nEsta restricción golpea directamente un sector que en 2024 atrajo a 2.2 millones de visitantes internacionales, de los cuales una porción significativa dependía de flujos indirectos desde EE.UU., como visitas familiares o viajes organizados por terceros. n nAdemás, el Memorándum endurece las limitaciones a las remesas, cuya caída en 2024 alcanzó un alarmante 43.4 por ciento (1.113 millones de dólares), según datos oficiales. n nEstas restricciones afectan a miles de familias cubanas que dependen de estos ingresos para adquirir alimentos, medicinas y otros bienes esenciales. Por si fuera poco, las nuevas sanciones financieras dificultan las transacciones internacionales, al imponer penalizaciones a bancos y empresas que operen con entidades cubanas, lo que agrava el aislamiento económico de la Isla. n nEstas medidas, lejos de ser meramente administrativas, tienen un impacto directo en la vida cotidiana, exacerbando la escasez y limitando las opciones de desarrollo económico. n nEl contexto histórico del bloqueo contra Cuba revela un patrón de políticas pendulares que han marcado las relaciones entre Washington y La Habana. Durante la Administración de Barack Obama (2009-2017), se vivió un período de acercamiento, con medidas como la flexibilización de restricciones de viaje, el restablecimiento de relaciones diplomáticas en 2015 y la eliminación de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo. n nAntecedentes históricos: Un vaivén de políticas n nEste «deshielo» permitió un aumento en los intercambios culturales y económicos, aunque el bloqueo nunca fue levantado por completo. n nSin embargo, el primer mandato de Donald Trump (2017-2021) revirtió estos avances, implementando 243 medidas punitivas adicionales y reincluyendo a Cuba en la lista de patrocinadores del terrorismo en 2021, una decisión que obstaculizó aún más las transacciones financieras internacionales. n nLa Administración de Joe Biden (2021-2025), aunque mantuvo esta designación, adoptó un enfoque más moderado, restableciendo visas para estudiantes y flexibilizando algunas restricciones de viaje. Con el inicio de su segundo mandato en enero de 2025, Trump ha retomado una postura agresiva, no solo manteniendo a Cuba en la lista de terrorismo, sino consolidando el bloqueo con el nuevo memorándum. n nAnte ello, el Gobierno cubano, encabezado por el presidente Miguel Díaz-Canel, ha condenado el Memorándum, calificándolo como un «plan agresivo» que refuerza el bloqueo y viola principios fundamentales del derecho internacional, como el derecho al desarrollo y a un nivel de vida digno. n nPresidente cubano: La medida no nos doblegará n nDíaz-Canel afirmó que la medida no los «doblegará»: «EE.UU adopta nuevo plan agresivo contra Cuba. Respondiendo a intereses estrechos y no representativos de la mayoría en ese país, refuerza aún más el bloqueo económico. La meta: causar el mayor daño y sufrimiento posible al pueblo. Se sentirá el impacto, pero no nos doblegarán», subrayó el mandatario en X. n nDe acuerdo con expertos citados por la agencia Prensa Latina, la prohibición del turismo estadounidense tendrá consecuencias devastadoras para pequeñas empresas, trabajadores autónomos y familias que dependen de esta industria, que en 2024 generó ingresos por más de 2.000 millones de dólares. n nOrganismos internacionales, como las Nacionaes Unidas (ONU), reiteraron que el bloqueo constituye una violación de los derechos humanos, al limitar el acceso de los cubanos a bienes esenciales. n nEstas críticas subrayan que, aunque las sanciones se presentan como una herramienta para presionar al Gobierno, su principal víctima es la población. n nEl objetivo implícito del memorándum es desestabilizar al Gobierno cubano, generando malestar social a través de la presión económica. n nLa combinación de la prohibición turística, la caída de remesas y las sanciones financieras agrava problemas estructurales como la dolarización de servicios esenciales, incluidos el acceso a internet móvil y la compra de combustibles. n nEn 2024, los cortes del servicio eléctrico y la escasez de productos básicos ya habían generado malestar social a lo interno del país, un escenario que ahora es aún más complejo y que las nuevas medidas buscan exacerbar. n nNo obstante, iniciativas como la diversificación de exportaciones y el impulso al turismo desde otros mercados son alternativas desde La Habana para mitigar el impacto del bloqueo. A pesar de las dificultades, la Isla mantiene su compromiso con la soberanía y la autodeterminación.