The administration of Claudia Sheinbaum is clearly focused on addressing the evident economic stagnation. This situation is compounded by the lingering effects of López Obrador’s policies, uncertainty surrounding the new Judicial Power, and the looming threat of Trump-era tariffs on strategic industries. In this context, the government aims to boost investor confidence by promoting the health sector as a growth engine. Over the past month, the president has launched three key initiatives: the Pharmaceutical Decree, an announcement of investments totaling 10,480 million pesos, and an agreement to streamline procedures at Cofepris. However, structural challenges must be addressed to ensure a favorable environment.
During the morning press conference on July 3, President Sheinbaum, accompanied by Economy Secretary Marcelo Ebrard and Health Secretary David Kershenobich, announced an investment of 10,480 million pesos from four domestic pharmaceutical companies under the Mexico Plan. These included:
1. Laboratorios Kener: investing 5,180 million pesos in Toluca to triple its capacity, including advanced therapies like CAR-T cells, unique in Latin America, creating 800 direct jobs.
2. Genbio: allocating 4,000 million pesos for the first human plasma fractionation plant in Chalco, generating 100 specialized jobs.
3. Alpharma BioGenTec: contributing 800 million pesos to expand its Azcapotzalco facility for biotech drug production, creating 110 direct jobs and 310 indirect jobs.
4. Neolsym: investing 500 million pesos in Ecatepec and Jiutepec for raw material production, generating 120 direct jobs and 500 indirect jobs.
In total, these investments will create over 1,130 direct jobs and 2,700 indirect jobs. While insufficient to meet broader needs, it marks progress in recognizing the sector’s potential.
The “Pharmaceutical Decree,” published in the DOF in early June, outlines a long-awaited industrial pharmaceutical policy. It prioritizes companies that establish plants in Mexico from 2026 onward in public tenders, with investment commitments proportional to government purchases (300,000 million pesos biannually). It also promotes scientific research in collaboration with public universities such as UNAM, IPN, and UdeG, and seeks to leverage nearshoring to relocate production chains. Complementing this strategy is the agreement to simplify procedures at Cofepris, published in the DOF on July 4, which aims to expedite operations and unlock 4,000 pending permits.
These three initiatives—the decree, investments, and Cofepris streamlining—aim to build confidence and position Mexico as a regional leader in pharmaceutical production, with export ambitions to markets in the Middle East, Africa, and Asia. This would be a medium-term goal, requiring alignment of many other factors.
Currently, the willingness to promote this sector is positive, as there is indeed enormous potential. However, navigating several challenges will be necessary. These include the adverse economic environment and the chaotic shortages resulting from centralized procurement during the López Obrador era. The perception of favoritism toward foreign suppliers during the pandemic still breeds distrust. Judicial reforms proposed in 2024 and 2025 have raised concerns about judicial independence and the rule of law, discouraging foreign direct investment. Additionally, tariffs imposed by the Trump administration threaten Mexico’s competitiveness under USMCA, affecting strategic sectors and potentially pharmaceutical exports.
Despite these challenges, the health industry offers a unique opportunity, but success depends on effective implementation and a favorable environment. Mexico has the potential to become a regional pharmaceutical hub, but this path must include transparency in tenders, legal stability to mitigate fears from judicial reform, competitive incentives compared to those offered by countries like India, and infrastructure improvements to facilitate production and exports. Without these conditions, the pharmaceutical miracle risks remaining just a promise.
Members of Amelaf and Grupo Ángeles Laboratory
In the presidential announcement regarding pharmaceutical investments, one notable detail was that three of the four included companies are members of the Mexican Association of Pharmaceutical Laboratories (Amelaf): Alpharma, Genbio, and Neolsym. This reflects the active presence of expanding laboratories within this organization. Kudos to its president, Luis Verduzco, and executive president, Juan de Villafranca, who are highly engaged in collaborating with the government. The exception is Laboratorios Kener, which was acquired in December 2024 by Grupo Empresarial Ángeles—the hospital network of Olegario Vázquez Aldir—which is expanding its footprint in healthcare, now also in drug production with an eye toward exports.
— News Original —
Industria de la salud, un faro en el horizonte económico
Es evidente que la administración de Claudia Sheinbaum tiene como preocupación principal la parálisis económica ya inocultable. Al estancamiento se suman las herencias de López Obrador quien no termina de irse, la incertidumbre ante el nuevo Poder Judicial y los aranceles de Trump latentes sobre industrias estratégicas. En este escenario, el gobierno busca enviar señales de confianza para impulsar la inversión y posicionar a la industria de la salud como un motor de crecimiento. En el último mes, la presidenta ha lanzado tres iniciativas clave: el Decreto Farmacéutico, el anuncio de inversiones por 10,480 millones de pesos y el Acuerdo de simplificación de trámites en Cofepris. Sin embargo, en el camino se deben zanjar obstáculos estructurales y garantizar un entorno favorable. n nEn la conferencia mañanera del 3 de julio, en de la presidenta Sheinbaum, acompañada por el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, y el secretario de Salud, David Kershenobich, se anunció una inversión de 10,480 millones de pesos por parte de cuatro empresas farmacéuticas nacionales, dentro del marco del Plan México. Estas fueron: 1. Laboratorios Kener: invertirá 5,180 millones en Toluca para triplicar su capacidad, incluyendo terapias avanzadas como células CAR-T, únicas en América Latina, generando 800 empleos directos. 2. Genbio: destinará 4,000 millones a la primera planta de fraccionamiento de plasma humano, ubicada en Chalco, creando 100 empleos especializados. 3. Alpharma BioGenTec: aportará 800 millones en su planta en Azcapotzalco para producir medicamentos biotecnológicos, con 110 empleos directos y 310 indirectos. 4. Neolsym, con 500 millones en Ecatepec y Jiutepec, para fabricar materias primas, generando 120 empleos directos y 500 indirectos. En total, estas inversiones suman más de 1,130 empleos directos y 2,700 indirectos. No es suficiente frente a las necesidades, pero es un avance que ya se vea el potencial de este sector. n nA su vez, el “Decreto Farmacéutico”, publicado en el DOF a inicios de junio bosqueja líneas de una política industrial farmacéutica largamente anhelada. Este decreto prioriza en licitaciones públicas a empresas que instalen plantas en México a partir de 2026, con compromisos de inversión proporcionales a las compras gubernamentales (300,000 millones de pesos bianuales). Además, fomenta la investigación científica en colaboración con universidades públicas como UNAM, IPN y UdeG, y busca aprovechar el nearshoring para relocalizar cadenas productivas. Complementando esta estrategia, está el Acuerdo de simplificación para trámites en Cofepris, publicado en el DOF el pasado viernes 4 de julio, que a ver si ahora sí logra agilizarla, y por lo pronto desbloquear 4,000 permisos pendientes. n nEstas tres señales —el decreto, las inversiones y la simplificación en Cofepris—buscan generar confianza y posicionar a México como líder regional en la producción farmacéutica, y además con miras a exportar a mercados como Medio Oriente, África y Asia. Eso sería en el mediano plazo, y en el camino tienen que alinearse muchas otras cosas. n nPor lo pronto, la disposición de impulsar a este sector ya es algo positivo porque sin duda alguna sí existe ahí un potencial enorme. En ese camino tendrán que capotear varias tormentas. No sólo el entorno económico adverso, sino las ominosas herencias del lópezobradorato, como el caótico desabasto derivado de buscar el hilo negro en la centralización de las compras de insumos. La percepción de favoritismo hacia proveedores extranjeros durante la pandemia aún genera desconfianza. Las reformas al Poder Judicial, propuestas en 2024 y 2025, han levantado preocupaciones sobre la independencia judicial y el estado de derecho, desalentando la inversión extranjera directa. Además, los aranceles impuestos por la administración Trump amenazan la competitividad de México en el T-MEC, afectando sectores estratégicos y potencialmente las exportaciones farmacéuticas. n nA pesar de estos desafíos, la industria de la salud ofrece una oportunidad única, pero el éxito depende de una implementación efectiva y un entorno favorable para materializarse. Claro que México tiene el potencial de convertirse en un hub farmacéutico regional, pero el camino debe incluir: transparencia en las licitaciones, estabilidad jurídica para mitigar los temores derivados de la reforma judicial, incentivos competitivos frente a los que da por ejemplo India, y mejoras en infraestructura para facilitar la producción y exportación. Sin estas condiciones, el milagro farmacéutico corre el riesgo de quedarse en promesa. n nMiembros de Amelaf y el laboratorio de Grupo Ángeles n nEn el anuncio presidencial sobre inversiones farmacéuticas, llamó la atención un detalle: De las 4 empresas incluidas, tres son miembros de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf): Alpharma, Genbio y Neolsym. Ello es reflejo de que están movidos en este organismo para tener en sus filas a los laboratorios más activos y en expansión actualmente. Bien por su presidente Luis Verduzco y su presidente ejecutivo Juan de Villafranca que es de los más participativos en la colaboración con el Gobierno. El que está fuera de ese grupo (pero sí entre los incluidos), es Laboratorios Kener, que desde diciembre del 2024 fue adquirido por Grupo Empresarial Ángeles, sí, la red de hospitales de Olegario Vázquez Aldir, que va extendiendo su huella en salud, ahora también en producción de medicamentos con la mira hacia la exportación.