A Legendary Road Is Seen as an Economic Lifeline in Guyana

A historic red-dirt trail known as “The Trail” cuts across Guyana, winding through tropical forests, plains, and hills from the Atlantic coast capital, Georgetown, to Lethem, a town on the Brazilian border. Guyana, which recently elected its president, possesses the world’s highest per capita oil reserves and aims to leverage this wealth to transform the nearly 500-kilometer route into a modern highway that could reshape the nation’s economic landscape. The project may also help integrate the Esequibo region—an oil-rich area administered by Guyana but claimed by Venezuela—into the national economy. Building the road, however, is a massive undertaking. Estimated at nearly $1 billion, it involves constructing four major segments and around 50 bridges, with completion not expected before 2030. Currently, traveling the full length of “The Trail,” also known as the Linden-Lethem highway, takes about 15 hours, and some vehicles never make it. One rusted truck appears abandoned beside the path, a testament to the route’s harsh conditions. Ramdial Metleash, a 27-year-old logger, works shirtless in the sweltering heat, earning roughly 60,000 Guyanese dollars (USD 290) per trip—enough to support his sister and nephew. He notes that during rainy seasons, vehicles often get stuck in mud, while dry periods bring choking clouds of dust. Though the oil boom hasn’t yet improved his income, he believes the completed highway would greatly ease transportation. This is especially true in Kurupukari, a riverside settlement where a new bridge is planned. Currently, trucks must cross via barge. Guyana’s Minister of Public Works, Juan Edghill, describes the highway as a turning point for the country’s future. Once finished, it will connect to the Takutu Bridge, providing access to northern Brazil’s market of 20 million people—over 20 times Guyana’s population of more than 800,000. The road will also link to the deep-water port of Palmyra in the northeast, near Suriname, now under construction. Edghill notes that Brazilian exporters currently take 21 days via the Amazon River to reach ports, but with the highway, that time could shrink to just 48 hours. An unnamed source indicated the road could also enhance military mobility, particularly into the Esequibo region, which holds not only oil but valuable mineral deposits. Long neglected by Georgetown, the area has been the subject of territorial claims by Caracas. “Esequibo is part of Guyana,” Edghill insists. “It’s home to our Indigenous communities and a hub for large-scale mining and forestry.” The improved infrastructure could allow workers to commute without being separated from families for months, he adds, calling it a major opportunity. Michelle Fredericks, 53, runs a popular roadside food stall near the Kurupukari barge landing. The new bridge will pass directly over her current location, forcing relocation and likely reducing customer traffic. Still, she remains hopeful. “I can’t focus only on my business,” she tells AFP. “There will be broader development.” She plans to shift toward tourism services, already receiving local and foreign visitors interested in fishing and jungle hikes. She expects weekend tourism to grow as the highway could cut travel time from Georgetown to just four hours. “It could be good for me,” she says. “You can’t fight progress. That’s life.”
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Una legendaria ruta es vista como un salvavidas económico en Guyana
Un legendario camino de tierra roja apodado “El Sendero” atraviesa el territorio de Guyana. Serpentea entre selva tropical, llanuras y colinas desde la capital Georgetown, en la costa atlántica, hasta la ciudad interior de Lethem, en la frontera con Brasil. n nGuyana, que eligió presidente el lunes, cuenta con las mayores reservas de petróleo per cápita del mundo y quiere aprovechar los nuevos recursos para convertir esta ruta de casi 500 kilómetros en una importante autopista que transforme la vida económica del país. n nTambién espera que la nueva vía contribuya a abrir el territorio del Esequibo, la disputada región petrolera administrada por Guyana durante décadas, pero reclamada por la vecina Venezuela. n nLa obra no es tarea fácil para este pequeño país sudamericano. Costará casi 1.000 millones de dólares construir los cuatro tramos de la carretera y unos 50 puentes. La fecha de finalización más optimista es 2030. n nPor ahora, recorrer todo “El Sendero”, también llamado carretera Linden-Lethem, lleva 15 horas y algunos no lo consiguen. Un camión oxidado parece estar abandonado a un lado del camino desde hace tiempo. n n”Es un trabajo muy duro”, dice Ramdial Metleash, de 27 años, sin camisa y empapado en sudor en la cabina de un camión maderero. Cuenta que en la temporada de lluvias, los vehículos suelen atascarse en el lodo. Y cuando está seco, hay nubes de polvo que tragar. n nMetleash trabaja en “El Sendero” desde los 15 años. Gana unos 60.000 dólares guyaneses (USD 290) por viaje, lo suficiente para mantener a su hermana y a su sobrino. n nY aunque la industria petrolera no ha cambiado sus ingresos, Metleash admite que la finalización de la autopista sería de gran ayuda. n nEspecialmente en lugares como Kurupukari, una localidad sobre el río Esequibo donde se construirá un puente. Por el momento, los camiones deben cruzar en una barcaza. n n- “Un punto de inflexión” – n nPara el ministro de Obras Públicas guyanés, Juan Edghill, la autopista será “un punto de inflexión en términos de hacia dónde se dirige Guyana”. n n”Esta carretera, una vez terminada, nos conectará con el puente Takatu, que lleva al norte de Brasil. Ese es un mercado de 20 millones de personas”, explica a la AFP. n nEsa cifra es más de 20 veces la población de Guyana, que supera los 800.000 habitantes. n nEl ministro también señala que la ruta conectaría con el puerto de aguas profundas de Palmyra, ubicado en el noreste, cerca de la frontera con Surinam y actualmente en construcción. n nAhora los brasileños “tardan 21 días de viaje por el Amazonas para transportar sus mercancías a un puerto. Con la autopista, podrán llegar en 48 horas”, explica. n nUna fuente informada, que prefirió no ser identificada, señaló que la carretera también facilitará el transporte de tropas y equipo militar a la zona, en particular al Esequibo, que además de petróleo tiene valiosos yacimientos minerales. n nEsta región ha sido desatendida durante mucho tiempo por el gobierno de Georgetown, mientras Caracas insiste en sus reivindicaciones territoriales. n n”El Esequibo es parte de Guyana”, enfatiza Edghill. “Es el hogar de nuestros hermanos y hermanas indígenas (…) También es el sitio de la minería a gran escala y de nuestra principal actividad forestal”. n nLa nueva carretera permitiría que más personas viajaran por trabajo sin separarse de sus familias durante meses, dice, y añade: “Es una gran oportunidad”. n n- “No se puede luchar contra el progreso” – n nMichelle Fredericks, de 53 años, es dueña de un popular puesto de comida rápida cerca del muelle de barcazas en Kurupukari. n nEl puente pasará directamente sobre el lugar donde se encuentra actualmente su negocio. Será reubicado, pero ya no tendrá el mismo flujo de gente que ahora. n nPero Fredericks se muestra optimista sobre el futuro. n n”No puedo pensar solo en este negocio”, dice a la AFP. “Va a haber mucho desarrollo”, asegura, y apunta que planea dedicarse a ofrecer servicios turísticos. n nFredericks ya recibe a turistas locales y extranjeros que desean pescar o hacer senderismo en la selva tropical. n nPero confía en que el número de visitantes de fin de semana aumente cuando la nueva carretera reduzca el tiempo de viaje desde Georgetown a la mitad, a unas cuatro horas. n n”Podría ser una buena cosa para mí”, afirma. “No se puede luchar contra el progreso. Así es la vida”. n npgf/sst/ad/db/mas n nRecommended Stories

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