Fidel Castro’s Vision for Economic Liberation and Global Equity

August 13, 2025 marked the 99th anniversary of the birth of Cuban revolutionary Fidel Castro, ushering in a year-long commemoration of his centennial. Known globally as a charismatic orator, skilled diplomat, and moral compass for the Global South, Castro was also deeply engaged in economic theory and practice. He inherited an agrarian economy shaped by four centuries of colonialism and faced unprecedented external constraints, including a decades-long economic embargo from the United States. These challenges required him to prioritize economic strategy as a matter of national survival. n nIn his 1953 speech ‘History Will Absolve Me,’ delivered after the Moncada Barracks attack, Castro articulated early critiques of Cuba’s underdevelopment. He highlighted the island’s dependence on raw material exports — sugar, iron, hides — while importing finished goods like candies, shoes, and canned foods. He emphasized the urgent need for industrialization, including steel, paper, and chemical industries, alongside modernizing agriculture and expanding shipping and tourism. Castro criticized local capitalists and the state for allowing development to stagnate, identifying structural barriers to progress. At just 27, his analysis demonstrated a sharp understanding of unequal global trade dynamics, possibly influenced by economist Raúl Prebisch’s work on Latin American development. n nBy the 1980s, Castro had evolved into a leading voice for the Global South. At the 1983 Non-Aligned Movement Summit in New Delhi, he presented a report titled ‘The World Social and Economic Crisis: Its Impact on Underdeveloped Countries, Its Dark Prospects, and the Need to Struggle to Survive.’ Co-authored by Cuban economic research centers, the document argued that the 1979–1982 crises originated in overproduction in industrialized nations. Monetarist responses, particularly rising interest rates, shifted the burden onto developing countries, causing currency devaluations, trade deficits, inflation, and widening inequality. Castro’s analysis incorporated multiple factors, including arms races and energy and food crises, offering a complex view of global economic instability. n nThe report concluded with a call for unity among developing nations and a bold proposition: resolving crises in the Global North required ending the exploitation of the Global South. Castro warned that continued exploitation would lead not only to the ruin of poorer nations but to ‘ruin for all’ — a phrase echoing Marx and Engels’ Communist Manifesto. He advocated for revolutionary societal transformation rather than mutual collapse. n nIn his final speech at the United Nations in 2000, during the height of neoliberal globalization, Castro criticized wealthy nations for monopolizing economic, political, and technological power while promoting policies that deepened poverty and dependency. He dismissed the existing global order as incompatible with human interests. Nearly two decades later, in his 2017 address at the Seventh Congress of the Communist Party of Cuba, he reaffirmed that ‘the ideas of Cuban communists remain proof that, with effort and dignity, humanity can produce the material and cultural goods it needs.’ n nThis notion — that ideas can generate essential goods — stands in contrast to current global trends. According to Oxfam’s ‘Takers, Not Makers’ report, global poverty levels have barely changed since 1990. Meanwhile, the world’s richest 1 percent gained over $33.9 trillion in the past decade — enough to eliminate poverty 22 times over. Castro’s economic vision, rooted in sovereignty, equity, and collective action, offers a counterpoint to prevailing models. n
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Fidel y la economía

LA ECONOMÍA DE LIBERACIÓN NACIONAL DE FIDEL n nEl 13 de agosto de 2025 se cumplió el 99 aniversario del nacimiento del revolucionario cubano Fidel Castro. También marca el inicio de un año de celebraciones por su centenario. Castro es conocido por muchas cosas: revolucionario empedernido, orador carismático, diplomático hábil y brújula moral del proyecto del Tercer Mundo. n nPero Castro también fue un teórico marxista inmerso en la lucha práctica de la revolución y la construcción socialista. Asumió el liderazgo de una economía agrícola que era el producto de 400 años de colonización, al tiempo que se enfrentaba a restricciones externas sin precedentes en forma de un embargo económico de más de seis décadas por parte de los Estados Unidos. Esto significaba que Castro probablemente tenía que pensar en la economía y en el desarrollo más que la mayoría de los líderes. Era una cuestión fundamental para la supervivencia de Cuba. n nEn la coyuntura actual, en la que el aumento del proteccionismo, el militarismo y el unilateralismo del Norte Global amenazan las perspectivas de paz y desarrollo de la mayoría mundial, vale la pena revisar algunos elementos del pensamiento económico de Castro. n nLA INDUSTRIALIZACIÓN NO PUEDE ESPERAR ETERNAMENTE n nEn octubre de 1953, tras el heroico asalto al cuartel Moncada, Castro fue detenido y juzgado, donde pronunció su emblemático discurso La historia me absolverá. n nEste discurso ofrece algunas de las primeras ideas sobre la frustración de Castro por el subdesarrollo de Cuba, su análisis de las causas fundamentales y su deseo de desencadenar una transformación social: n nSalvo algunas industrias alimenticias, madereras y textiles, Cuba sigue siendo principalmente un productor de materias primas. Exportamos azúcar para importar dulces, exportamos pieles para importar zapatos, exportamos hierro para importar arados… n nTodos están de acuerdo en la urgente necesidad de industrializar la nación, en que necesitamos industrias siderúrgicas, papeleras y químicas, en que debemos mejorar nuestra producción ganadera y cerealista, la tecnología y la transformación de nuestra industria alimentaria para defendernos de la ruinosa competencia de Europa en productos lácteos, leche condensada, licores y aceites comestibles, y de los Estados Unidos en conservas; en que necesitamos buques de carga; en que el turismo debe ser una enorme fuente de ingresos. Pero los capitalistas insisten en que los trabajadores permanezcan bajo el yugo. El Estado se queda de brazos cruzados y la industrialización puede esperar eternamente. n nDe este pasaje se pueden extraer algunos puntos clave. En primer lugar, la conciencia de Castro sobre la división internacional del trabajo que había relegado a Cuba a ser un productor de materias primas. En segundo lugar, su comprensión de la necesidad tanto de una industrialización pesada como de una modernización agrícola para desarrollar el país. En tercer lugar, que la clase capitalista local, contrariamente al análisis clásico, prefería frenar el desarrollo de las fuerzas productivas para impedir un mayor desarrollo de la clase obrera. En cuarto lugar, que las estructuras estatales existentes y los intereses de clase nacionales que las gobernaban eran un obstáculo para el desarrollo del país. n nEste breve pasaje demuestra que Castro, entonces de veintisiete años, ya tenía una comprensión muy aguda de los problemas del subdesarrollo. Quizás había leído el texto clásico de Raúl Prebisch sobre el subdesarrollo, El desarrollo económico de la América Latina y algunos de sus principales problemas, publicado tres años antes, en 1950. O quizás llegó a este análisis a través de sus propias experiencias en la revolución y en las discusiones con sus compañeros. n nDE LA LIBERACIÓN DE CUBA A LA EMANCIPACIÓN DEL SUR GLOBAL n nPuede que Castro comenzara su carrera revolucionaria como portavoz de la liberación de Cuba, pero a medida que crecía su prestigio internacional, pronto se convirtió en un icono de la emancipación de todo el Sur Global. En 1983, en la VII Cumbre de la Conferencia de Países No Alineados en Nueva Delhi, Castro presentó el informe titulado La crisis económica y social mundial: su impacto en los países subdesarrollados, sus sombrías perspectivas y la necesidad de luchar si queremos sobrevivir. Aunque impreso bajo el nombre de Castro, la introducción del informe reconoce que se trataba de un esfuerzo colectivo: un producto de la cooperación entre economistas del Centro de Investigaciones Económicas Mundiales de Cuba y el Centro de Investigaciones Económicas Internacionales de la Facultad de Economía de la Universidad de La Habana. n nEl informe argumentaba que las crisis de 1979-1982 se originaron en una crisis de sobreproducción en los países industrializados. La respuesta monetarista a esta crisis (es decir, el aumento de las tasas de interés) contribuyó a externalizarla y transmitirla a los países no industrializados, provocando la depreciación de las monedas, el aumento de los déficits comerciales, una elevada inflación, pobreza y un aumento general de la brecha entre los países industrializados y los no industrializados. El análisis de Castro no era una explicación lineal de la crisis, sino un análisis coyuntural que tenía en cuenta una serie de factores, entre ellos la carrera armamentística y las crisis alimentaria y energética. n nEl informe termina con una agenda de acción exhaustiva, en la que se destaca la necesidad de unidad dentro del Sur Global, al tiempo que se defiende que la solución a las propias crisis del Norte Global sería poner fin a la explotación del Sur: n nEl atraso económico, la falta de medios financieros, la grave contracción del comercio exterior, el hambre, el desempleo y la ausencia de las condiciones de vida más básicas en el Tercer Mundo no pueden, a largo plazo, ser beneficiosos para ninguno de los países capitalistas desarrollados. Por el contrario, el resultado positivo de nuestra situación tendría una influencia favorable en el auge del comercio mundial y aliviaría el desempleo, la infrautilización de las capacidades instaladas y el estancamiento de sus economías. Es una verdad obvia que, si nuestras economías se expandieran, esto ayudaría a reducir la tensa situación de crisis que se ha generado en esos países. La continuación de la explotación que está arruinando al Tercer Mundo terminaría inexorablemente en la ruina para todos. n nEsas tres últimas palabras, “ruina para todos”, se hacen eco de la advertencia de Karl Marx y Friedrich Engels en el Manifiesto Comunista de que las luchas de clases pueden culminar “o bien en una reconstitución revolucionaria de la sociedad en su conjunto, o bien en la ruina común de las clases en conflicto”. Castro toma este pronóstico y lo adapta a la era del imperialismo. Él estaba a favor de la reconstitución revolucionaria de la sociedad. n nCasi dos décadas después, Castro se presentó como una figura solitaria en la Cumbre del Milenio de la ONU en Ginebra. Este fue el último discurso de Castro en la ONU y lo pronunció en el momento álgido de la globalización neoliberal y el Consenso de Washington. Fue mucho más breve que su famoso discurso de 1960 en la ONU, pero no menos significativo. Comenzó con una pulla a los países del Norte Global, que “monopolizan el poder económico, político y tecnológico” y “ofrecen más de las mismas recetas que solo han servido para hacernos más pobres, más explotados y más dependientes”. Concluyó diciendo que “no hay nada en el orden económico y político existente que pueda servir a los intereses de la humanidad”. n nHACIA UNA ECONOMÍA DE LA LIBERACIÓN NACIONAL n nLa economía nunca ha sido un campo de investigación neutral en cuanto a valores. Su configuración como campo académico diferenciado es resultado del nacimiento del capitalismo. La economía tal y como la conocemos ha tenido que proporcionar históricamente una cobertura ideológica a al menos tres luchas de clases distintas: en primer lugar, la lucha entre los intereses feudales terratenientes y los capitalistas industriales emergentes; en segundo lugar, la lucha entre los capitalistas y los trabajadores; y en tercer lugar, la lucha entre las naciones industrializadas y las naciones colonizadas e imperializadas. Estas luchas han definido la moralidad (o la falta de ella) del campo de la economía. n nLa economía de Castro era una economía de liberación nacional. Valoraba la soberanía de las naciones y la dignidad de sus pueblos. Como todos los modelos económicos, se puede decir que contiene algunas suposiciones: existe una restricción externa, la división internacional del trabajo impuesta por las corporaciones multinacionales y las instituciones financieras internacionales existentes. Además, cualquier intento de superar esta restricción conduce a la violencia: golpes de Estado, asesinatos, sanciones y embargos. Y, por último, la mayoría de la población del Sur Global, y de hecho de todo el mundo, tiene un interés común en unirse para poner fin a este sistema de explotación y a la polarización y las crisis que genera. n nEn su último discurso, pronunciado en 2017 en el VII Congreso del Partido Comunista de Cuba, Castro afirmó que “las ideas de los comunistas cubanos permanecerán como prueba de que en este planeta, si trabajamos con fervor y dignidad, se pueden producir los bienes materiales y culturales que necesitan los seres humanos”. n nEs interesante la expresión “las ideas pueden producir los bienes que necesitan los seres humanos”. n nSegún el informe de Oxfam Takers not Makers, el número de personas que viven en la pobreza apenas ha cambiado desde 1990. En los últimos diez años, la riqueza del 1% más rico de la población mundial ha aumentado en más de 33,9 billones de dólares, lo suficiente para acabar con la pobreza veintidós veces. n nQuizás sea hora de nuevas ideas. n nFuente: Globetrotter

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