Argentina’s Economic Model Faces Mounting Challenges Amid Rising Dollar and Interest Rates

Since mid-July, real-term business lending in Argentina has declined by 6.6%. Economic activity is trending toward recession, with industrial output, construction, retail, and domestic tourism all under strain. Loan delinquency rates, particularly among households, are rising. Credit has become more expensive as interest rates reach record highs, negatively impacting both production and consumer spending. n nThere is broad consensus that a correction in the value of the dollar will be unavoidable after upcoming elections, though the scale and government’s ability to manage it remain uncertain. This economic backdrop precedes a crucial election in Buenos Aires Province, where the current economic program is under intense scrutiny. Government officials themselves have linked rising country risk to the possibility of an opposition victory, implying significant consequences should that outcome occur. n nThis situation contrasts sharply with President Javier Milei’s projections from just over four months ago, when he anticipated declining inflation and robust economic growth by this time. On April 30, during a presentation at the Argentina Finance and Investment Expo (EFI), Milei declared, “This is the time for economic growth. We have completed the stabilization phase,” and confidently stated, “Inflation has a date of death,” dismissing critics who mentioned exchange rate lag in a supposedly free currency market. n nAt the time, Milei appeared triumphant, buoyed by the initial disbursement of $12 billion from the IMF. He believed this international endorsement, combined with fiscal surplus, would attract a wave of investment. He even challenged markets not to buy dollars for central bank reserves until the exchange rate hit the lower band at 1,000 pesos. This strategy aimed to strengthen the currency anchor and curb inflation before elections. n nHowever, investments failed to materialize. Instead, capital outflows accelerated after individuals gained unrestricted access to foreign exchange, pushing the dollar toward the upper band rather than the floor. As the peso weakened, inflationary pressures intensified. n nIn response, the Ministry of Economy and the Central Bank resorted to increasingly aggressive measures: repeated interest rate hikes, unplanned debt issuances, reserve requirement increases to their highest level in 32 years, and large-scale interventions in futures markets. n nAccording to consulting firm PxQ, net dollar purchases by individuals reached $14.73 billion since the currency controls were lifted. In July alone, foreign currency demand exceeded $5.4 billion—the second-highest monthly figure on record, surpassed only by August 2019. FIDE, another research group, notes that this outflow exceeds the $14.459 billion received so far from the IMF in less than five months. Essentially, dollars entering through loans are exiting through private foreign asset accumulation. n nThis pattern echoes the economic dynamics seen during Mauricio Macri’s administration, a precedent with a well-known outcome. n nBeyond election results, growing voices—including financial market figures like Ricardo Arriazu, Miguel Angel Broda, Marina dal Poggetto, Carlos Melconian, and the firm 1816, as well as heterodox economists—warn that the core issue lies in the economic program’s internal inconsistencies. They argue the current model is unsustainable and will require a currency recalibration. n nThe primary concern is that at current exchange rates, financing the external deficit is unfeasible. With more dollars leaving than entering, financing options are shrinking. Consequently, another devaluation and stabilization plan may be inevitable, likely triggering renewed inflation and recession. n n”The space to sustain the current exchange regime beyond October shrinks in tandem with the exhaustion of external financing sources,” explains FIDE. “This dynamic is unsustainable, especially if the Central Bank begins draining reserves to contain the dollar’s rise.” The dollar is no longer freely floating, and net reserves are now negative by approximately $8 billion. All of this underscores the mounting strain of what some describe as the world’s most radical economic experiment. n— news from Página | 12 n

— News Original —nEl plan económico más loco del mundo | Colapsan la actividad, el crédito y el consumo, pero suben el dólar, las tasas y la inflaciónnDesde mediados de julio, los préstamos a las empresas caen -6,6 por ciento en términos reales. La actividad económica enfila derecho a la recesión. La industria, la construcción, el comercio, el turismo interno y la mayoría de las actividades lo padecen. Aumenta la mora con los bancos, especialmente de las familias. Se encarece el crédito, con las tasas de interés en niveles record, causando graves daños a la producción y al consumo. La situación se presenta precaria y existe un consenso muy amplio en que después de las elecciones habrá una corrección del dólar inevitable, cuya magnitud y capacidad de control por parte del Gobierno generan fuertes dudas. n nAsí está la economía en la previa a unas elecciones clave en la provincia de Buenos Aires, que ponen al programa económico contra las cuerdas, según interpreta el propio oficialismo, al vincular la escalada del riesgo país con la posibilidad de una victoria de la oposición. Es decir, si ese resultado se materializa, game over, asume el Presidente. n nEl escenario es radicalmente distinto al que Javier Milei presentaba hace algo más de cuatro meses, cuando anticipaba que para esta altura del año se disfrutaría de una inflación en baja y una economía floreciente, casi como una primavera. n nAsí lo decía. “Es la hora del crecimiento económico. Hemos concluido la etapa de la estabilización”. El importante anuncio ocurría el 30 de abril, en una presentación ante la Expo Argentina de Finanzas e Inversiones (EFI). “La inflación tiene fecha de defunción”, sacaba pecho Milei, y se burlaba de los críticos. “Es increíble, hay algunos que todavía hablan de atraso cambiario, en un contexto donde el tipo de cambio está libre”. n nPuede fallar n nEl Presidente se presentó aquel día ante los financistas con aire triunfador. El Gobierno acababa de recibir los primeros 12 mil millones de dólares del crédito con el FMI. Milei estaba confiado en que esa señal de respaldo desde Washington, más el superávit fiscal, provocarían una lluvia de inversiones. Por lo tanto, desafió a no empezar a comprar dólares para las reservas del Banco Central hasta que la cotización de la divisa bajara al piso de la banda, en ese momento a 1000 pesos. n nDetrás de esa decisión estaba la búsqueda de fortalecer el ancla cambiaria, para disminuir la inflación lo más posible antes de las elecciones. n nPero las inversiones nunca llegaron, y se verificó el proceso contrario: los dólares empezaron a salir cada vez más rápido luego de la apertura del “cepo” para las personas, por lo cual la cotización nunca tocó el piso de la banda, sino que apuntó rumbo al techo. n nA la par de la escalada del dólar, los precios empezaron a tomar temperatura. n nTodo ello obligó a intervenciones cada vez más desesperadas del Ministerio de Economía y el Banco Central, con sucesivos aumentos de las tasas de interés, colocaciones de deuda fuera de programa, incrementos de los encajes bancarios hasta el mayor nivel en 32 años e intervenciones millonarias en el mercado de futuros. n n”Desde que se eliminaron las restricciones de acceso al mercado de cambios para las personas humanas se registraron compras netas por 14.730 millones de dólares”, detalla la consultora PxQ con datos del BCRA. “Solo en julio la demanda de divisas superó los 5.400 millones, siendo el segundo registro más alto de la historia, solo por debajo del verificado en agosto de 2019″, agrega un informe de FIDE sobre la cuestión, que está bajo la atención general al ser tan grosera la inconsistencia. n nEsa compra de dólares por 14.730 millones superó en menos de cinco meses el préstamo que tomó el Gobierno con el FMI, con desembolsos hasta el momento de 14.459 millones, compara FIDE. Es decir, los dólares que entran por la ventanilla de la deuda se van por la canaleta de la formación de activos externos. n nEs un proceso similar al que ocurrió en el gobierno de Mauricio Macri, recuerda el documento. Y se sabe cómo terminó aquel experimento. n nNo cierra n nMás allá del resultado electoral, cada vez más voces alertan que el problema de fondo son las inconsistencias del programa económico. Esta semana lo dijeron referentes del mercado financiero como Ricardo Arriazu, Miguel Angel Broda, Marina dal Poggetto, Carlos Melconian o la consultora 1816, y también lo plantearon desde la heterodoxia. Todos apuntan a que la situación no es sostenible y que hará falta recalibrar el dólar. n nLa explicación principal es que con este valor de la divisa, no hay forma de financiar el déficit del sector externo. Salen más dólares de los que entran y se restringen las posibilidades de financiamiento. En consecuencia, habrá que cerrar el agujero con otra devaluación y un nuevo plan de estabilización, que traerá otra ronda de alta inflación y recesión. n n”Los espacios para sostener el actual esquema cambiario más allá de octubre se achican pari passu con el agotamiento de las fuentes de financiamiento del desequilibrio del balance de pagos externo”, explica FIDE. n n”Esta dinámica no es sostenible, peor aún si el BCRA comienza a drenar reservas para contener la cotización del dólar”, agrega. El dólar ya no flota y el Banco Central tiene reservas netas negativas en torno a los 8 mil millones de dólares, remarca. n nTodas consecuencias del plan económico más loco del mundo.

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