Can Digitalization Accelerate the Transition to a Circular Economy?

The rate at which we consume and deplete the planet’s resources continues to rise. To address this issue, there has been a growing push in recent years to move away from the traditional linear economic model of produce-use-discard, and instead adopt a more sustainable circular economy based on reducing resource use and reusing materials. However, the role of digitalization in enabling this shift remains a key question. n nA recent study explores how digital technologies can support European countries in transitioning toward a more sustainable economic model. The findings indicate a strong correlation: nations with higher levels of digital development tend to perform better in terms of circularity. In other words, digitalization and circular economic practices are closely linked. n nOne of the major challenges is to use resources efficiently without exhausting them. Global demand for natural resources is increasing rapidly, and many of these resources are non-renewable. By 2030, more than 9,000 million people will inhabit a planet with clear physical limits. n nIn this context, the circular economy proposes an economic framework that minimizes waste, extends product lifecycles, and reintegrates materials into production cycles. In contrast to the wastefulness of traditional models, it emphasizes efficiency, sustainability, and regeneration. n nInitiatives such as the European Green Deal and the EU Action Plan for the Circular Economy have gained prominence. However, beyond policy frameworks, it is essential to understand the factors that either facilitate or hinder the transition to this new model. n nWhile sustainability and technology may seem at odds, the reality is quite different. Digitalization — defined as the integration of digital technologies into social and economic processes — can be a powerful ally for the circular economy. From sensors that track materials to reuse platforms and AI systems that optimize production and consumption processes, digital applications open new pathways to close production loops and reduce waste. n nTo explore this further, the study analyzed all 27 EU member states, categorizing them based on their performance in key areas of circular economy: production and consumption, waste management, use of secondary raw materials, and innovation. Four distinct groups emerged: n nGenerators: Economies with low circularity and minimal investment in recycling or innovation. These include many Southern and Eastern European countries such as Greece, Romania, and Bulgaria. n nRecyclers: Countries with good recycling rates and moderate innovation, including Spain, Austria, and Nordic nations. n nImplementers: Nations excelling in the use of recycled raw materials, such as Belgium and the Netherlands. n nInnovators: Leaders across all categories, particularly in innovation, including France, Germany, and Italy. n nResearchers then assessed each country’s level of digitalization using indicators such as digital human capital, technological integration in businesses, digital public services, and connectivity. The results revealed a clear link between digitalization and circular economy performance. Three key digital factors stood out: n nHuman capital: Countries with more digitally skilled populations are better equipped to implement circular strategies. n nTechnological integration: Businesses using technologies like big data and e-commerce tend to operate more efficiently and sustainably. n nDigital public services: Government digitization facilitates processes such as waste management and material traceability. n nInterestingly, connectivity — such as internet access — did not show significant differences, likely because access is already widespread within the EU. n nAlthough no direct causal relationship was established, the data clearly show a strong association: countries with higher levels of digitalization tend to perform better in circular economy metrics. Digitalization provides tools, skills, and platforms that enable governments, businesses, and society to move toward more sustainable models. In fact, advancing the circular economy without embracing digitalization risks leaving many countries behind. n nTo accelerate the transition to a circular economy, public policies should take this connection into account. Promoting digital education, supporting technological innovation in businesses, and digitizing public services not only enhance competitiveness but also represent investments in sustainability. n nMoreover, companies that integrate circular principles into their strategies — supported by digital tools — can reduce costs, attract talent, and differentiate themselves in an increasingly conscious market. n nIn conclusion, digitalization is not merely a complement to the circular economy; it is a fundamental condition. Moving toward a sustainable future requires recognizing that digitalization is not optional but an essential part of the transformation.
— news from El Economista

— News Original —
¿Puede la digitalización acelerar la transición hacia una economía circular?
Cada vez consumimos y agotamos más rápidamente los recursos del planeta. Con el fin de abordar este problema, a lo largo de los últimos años se ha planteado la necesidad de abandonar el tradicional modelo lineal basado en producir, usar y tirar, y sustituirlo por un nuevo modelo productivo, la economía circular, basada en la reducción de la cantidad de recursos empleados y en la reutilización de los mismos. Pero ¿qué papel juega la digitalización en este cambio de paradigma? n nUna investigación reciente analiza cómo las tecnologías digitales pueden ayudar a los países europeos a avanzar hacia un modelo más sostenible. Los resultados son reveladores: los países con mayor desarrollo digital tienden a mejorar su desempeño circular. Es decir, digitalización y circularidad van de la mano. n nLeer más: La transición a la economía circular será más fácil con empresas orientadas hacia la sostenibilidad y la innovación n nEl reto: usar los recursos sin agotarlos n nEl problema de la sobreproducción requiere de una solución urgente. La demanda global de recursos naturales crece sin freno, y buena parte de ellos no se regeneran. Para 2030, se espera que más de 9 000 millones de personas compartan un planeta con límites físicos muy claros. n nEn este contexto, la economía circular propone un modelo económico que reduzca los residuos, prolongue la vida útil de los productos y reincorpore materiales al ciclo productivo. Frente al despilfarro del modelo tradicional, se apuesta por la eficiencia, la sostenibilidad y la regeneración. n nEn consecuencia, iniciativas como el Pacto Verde Europeo o el Plan de Acción para la Economía Circular de la UE han cobrado protagonismo. Pero, más allá de las políticas, es necesario entender qué factores facilitan –o dificultan– la transición hacia este nuevo modelo. n n¿Puede ayudarnos la tecnología? n nAunque podría parecer que la sostenibilidad y la tecnología son conceptos antagónicos, la realidad es bien distinta. La digitalización –entendida como la integración de las tecnologías digitales en los procesos sociales y económicos– puede ser una poderosa aliada de la economía circular. Desde sensores que permiten rastrear materiales hasta plataformas de reutilización, pasando por sistemas de inteligencia artificial que optimizan procesos de producción o consumo, las aplicaciones digitales abren nuevas vías para cerrar los ciclos productivos y reducir residuos. n nPero ¿cómo se refleja esta relación en la práctica? ¿De verdad los países más digitalizados están más cerca de alcanzar una economía circular? n nLeer más: La digitalización, la economía circular y la incertidumbre económica perfilan nuevos hábitos de consumo n nCuatro tipos de países, cuatro niveles de circularidad n nPara responder a estas preguntas, el estudio analizó los 27 países de la Unión Europea, agrupándolos en función de su comportamiento en las siguientes áreas clave para la economía circular: producción y consumo, gestión de residuos, uso de materias primas secundarias e innovación. A partir de esta clasificación, se identificaron cuatro grupos de países: n nGeneradores: se trata de economías con bajo nivel de circularidad y escasa inversión en reciclaje o innovación. En este grupo se integran gran parte de los países del sur y este de Europa (como Grecia, Rumanía o Bulgaria). n nRecicladores: presentan buenos niveles de reciclaje y algo más de innovación. Aquí se sitúan países como España, Austria o los países nórdicos. n nRealizadores: destacan especialmente por su uso de materias primas recicladas. Es el caso de Bélgica y los Países Bajos. n nInnovadores: lideran en todas las áreas, especialmente en innovación. Francia, Alemania e Italia forman este grupo. n nLeer más: Hacia una economía circular en Europa: dónde estamos y cuánto nos falta n n¿Qué papel juega la digitalización? n nA continuación, los investigadores analizaron el grado de digitalización de cada país, usando indicadores como el capital humano digital, la integración de tecnología en las empresas, los servicios públicos digitales y la conectividad. Los resultados muestran que hay una clara relación entre economía circular y digitalización. En concreto, tres factores digitales marcaron la diferencia: n nCapital humano: los países con más personas formadas en competencias digitales tienen más capacidad para aplicar estrategias circulares. n nIntegración tecnológica: las empresas que usan tecnologías como el big data o el comercio electrónico tienden a operar de manera más eficiente y circular. n nServicios públicos digitales: la digitalización de los gobiernos facilita procesos como la gestión de residuos o la trazabilidad de los materiales. n nCuriosamente, la conectividad –como tener acceso a internet– no marcó diferencias significativas. Esto se explica seguramente porque, dentro de la UE, dicho acceso está bastante generalizado y no es ya un factor diferenciador. n nLeer más: Europa, sin rumbo claro frente a la digitalización americana y china n nNo hay economía circular sin digitalización n nAunque no se establece una relación causal directa, los datos muestran una sólida asociación: los países con mayores niveles de digitalización tienden a presentar un mejor desempeño en economía circular. La digitalización ofrece herramientas, habilidades y plataformas que permiten a gobiernos, empresas y la sociedad avanzar hacia modelos más sostenibles. De hecho, avanzar en economía circular sin apostar por la digitalización puede dejar a muchos países atrás. n nLeer más: ¿Podrán las nuevas regulaciones europeas garantizar la sostenibilidad de las empresas? n n¿Y ahora qué? n nPara acelerar la transición hacia una economía circular, las políticas públicas deberían tener en cuenta esta conexión. Fomentar la formación digital, apoyar la innovación tecnológica en las empresas y digitalizar los servicios públicos no solo mejora la competitividad: también es una inversión en sostenibilidad. n nAdemás, las empresas que integran principios circulares en su estrategia –apoyadas en herramientas digitales– pueden reducir costes, atraer talento y diferenciarse en un mercado cada vez más consciente de su trascendencia. n nEn resumen, la digitalización no es solo un complemento de la economía circular: es una de sus condiciones fundamentales. Avanzar hacia un futuro sostenible exige entender que la digitalización no es opcional, sino parte esencial del cambio.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *