In a global context marked by inflation, geopolitical volatility, and the reordering of economic alliances, central banks have opted for a quiet but telling strategy: increasing their gold reserves.
While investors debate between cryptocurrencies, stocks, or liquidity, the institutions responsible for managing national reserves are reinforcing their confidence in gold—and doing so in unprecedented volumes.
A classic asset with a modern role
The latest gold reserve report from the World Gold Council supports data backing this trend. Far from being a relic of the past, gold is once again consolidating its position as an essential tool in 21st-century reserve strategies.
The main takeaway: confidence in gold is strong. Ninety-five percent of surveyed central banks believe global gold reserves will rise over the next year, and 43% plan to increase their own holdings. None reported intentions to reduce them.
Why the renewed interest in gold?
Three factors explain this renewed faith in the precious metal:
– Its resilience during crises
– Its diversification capacity against fiat currencies
– Its long-term value preservation
These attributes become especially valuable in an environment where inflation is persistent and geopolitical risks are rising.
The dollar loses prominence
Another key finding of the report is the shift in perceptions regarding currency reserves. Seventy-three percent of central banks believe the U.S. dollar’s share in global reserves will decline over the next five years. In contrast, assets such as the euro, Chinese renminbi, and gold itself are expected to gain ground.
This shift does not necessarily imply a flight from the dollar, but rather a more active diversification of reserve portfolios.
Active management and repatriation of gold
There has also been an increase in active management of gold reserves: 44% of central banks now do so, up from 37% last year. The most cited reasons are performance optimization and risk management.
At the same time, more banks are choosing to store part of their gold domestically. Fifty-nine percent already keep a portion of their reserves at home, although the Bank of England remains the most popular option for custody.
Gold as an anchor in turbulent times
The message is clear: in a world of growing economic and political tensions, gold maintains its status as a safe-haven asset. The trend of increasing reserves shows that central banks are not only seeking to protect themselves from immediate crises but also to shield their economies in the long term.
Far from losing relevance, gold is positioning itself as a pillar of stability amid global uncertainty.
— news from Benzinga España
— News Original —
Los bancos centrales aumentan sus reservas de oro ante un clima económico incierto
En un contexto global marcado por la inflación, la volatilidad geopolítica y el reordenamiento de alianzas económicas, los bancos centrales han optado por una estrategia silenciosa pero reveladora: aumentar sus reservas de oro.
Mientras que los inversores debaten entre criptomonedas, acciones o liquidez, las instituciones encargadas de gestionar las reservas nacionales están reforzando su confianza en el oro. Y lo hacen en volúmenes sin precedentes.
Un activo clásico con un papel moderno
El informe más reciente sobre reservas de oro del World Gold Council (Consejo Mundial del Oro) aporta datos que respaldan esta tendencia. Lejos de ser una reliquia del pasado, el oro vuelve a consolidarse como una herramienta esencial en la estrategia de reservas del siglo XXI.
La principal conclusión: la confianza en el oro es sólida. El 95 % de los bancos centrales encuestados considera que las reservas mundiales de oro aumentarán en el próximo año. Y un 43 % planea incrementar sus propias tenencias. Ninguno reportó intención de reducirlas.
¿Por qué tanto interés en el oro?
Tres factores explican esta renovada fe en el metal precioso:
Su resiliencia en tiempos de crisis
Su capacidad de diversificación frente a monedas fiduciarias
Su conservación de valor a largo plazo
Estos atributos se tornan especialmente valiosos en un entorno donde la inflación es persistente y los riesgos geopolíticos están en alza.
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El dólar pierde protagonismo
Otro hallazgo clave del informe es el cambio en las percepciones sobre las reservas en divisas. El 73 % de los bancos centrales cree que la cuota del dólar estadounidense en las reservas globales disminuirá en los próximos cinco años. Por el contrario, activos como el euro, el renminbi chino y el propio oro están llamados a ganar terreno.
Este viraje no implica necesariamente una huida del dólar, sino una diversificación más activa del portafolio de reservas.
Gestión activa y repatriación de oro
También se ha observado un aumento en la gestión activa de las reservas de oro: el 44 % de los bancos centrales ya lo hace, frente al 37 % registrado el año pasado. Las razones más citadas: la optimización del rendimiento y la gestión del riesgo.
A la vez, más bancos están optando por almacenar parte de su oro en territorio nacional. El 59 % ya guarda una fracción de sus reservas en casa, aunque el Banco de Inglaterra sigue siendo la opción más popular para la custodia.
El oro como ancla en tiempos turbulentos
El mensaje es claro: en un mundo de crecientes tensiones económicas y políticas, el oro mantiene su estatus como activo refugio. La tendencia a aumentar reservas demuestra que los bancos centrales no solo buscan protegerse de crisis inmediatas, sino también blindar sus economías a largo plazo.
El oro, lejos de perder relevancia, se posiciona como un pilar de estabilidad frente a la incertidumbre global.
Foto: Shutterstock
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