Moody’s Analytics has upgraded its regional growth forecast for Latin America in 2025, now projecting a 2.2% expansion, slightly above the 2.1% estimate from December 2024. The region posted a 3.1% growth rate in the first quarter, led by Argentina, Brazil, and Chile. Brazil continues to drive regional momentum despite fiscal pressures and persistent inflation, supported by resilient labor conditions and stable private consumption.
Peru, Chile, and Colombia are recovering from the 2023 slowdown. In Peru and Chile, rising metal prices have boosted export revenues, while in Peru, controlled inflation and improved employment have strengthened household spending. Colombia has maintained economic momentum, driven by a declining unemployment rate. As of June 2025, the jobless rate stood at 8.6%, reflecting the addition of 831,000 employed individuals compared to the same month in 2024, according to data from the national statistics agency, Dane. This labor market improvement has sustained domestic demand.
Argentina is experiencing a notable drop in inflation and a rise in credit growth, signaling positive economic momentum. In contrast, Mexico faces uncertainty due to concerns over foreign trade and public spending cuts. While the economy expanded in the first half of the year, private investment is weakening and formal job creation remains stagnant.
Moody’s forecasts regional growth of 2.3% for the second quarter of 2025. However, the outlook over the next 12 months is more cautious, weighed down by global uncertainty, inflation above central bank targets, limited fiscal space, and complex political and social dynamics.
The report also examines the impact of U.S. trade policy on Latin America. The Trump administration temporarily delayed tariffs linked to fentanyl and migration, offering Mexico some relief. However, high new tariffs remain in place and could dampen foreign direct investment flows. The exclusion of refined copper from these tariffs benefits Chile and Peru, while Brazilian exports face an effective tariff rate of 30%, marking the most significant regional shift. Moody’s does not anticipate a resolution between the Lula and Trump administrations, suggesting these trade barriers will persist.
On the upside, regional currency appreciation and higher commodity prices are favorable trends. Global trade tensions have had less impact than initially feared. Still, vulnerabilities remain: inflation, though easing, remains above policy targets, and upcoming elections combined with fiscal constraints may limit growth momentum.
For Colombia, the current environment presents multiple opportunities. Lower unemployment is boosting domestic consumption, a key driver for broader economic reactivation. A stronger labor market improves household access to credit and stimulates sectors such as construction, services, and manufacturing. Stable inflation, as noted in the report, allows families and businesses to plan investments and purchases without pressure from rising prices. Financial system stability further supports credit expansion and confidence in durable goods spending.
Internationally, higher commodity prices and regional currency strength enhance Colombia’s export revenues from key goods like coffee, coal, and oil. If the government maintains inflation control and a stable economic policy framework, the country could attract foreign capital seeking stable emerging markets.
— news from Infobae
— News Original —
Colombia se perfila para tener mejor crecimiento económico en 2025: revelan proyecciones que benefician al país
La firma Moody’s Analytics revisó al alza sus proyecciones para el crecimiento económico regional en América Latina durante 2025, con lo que estima una expansión de 2,2%. Esta cifra supera de forma leve la previsión de 2,1% publicada en diciembre de 2024. El informe indica que la región reportó un avance de 3,1 % en el primer trimestre, con Argentina, Brasil y Chile entre los mercados de mejor desempeño.
El reporte de Moody’s Analytics destaca la capacidad de Brasil para sostener el crecimiento económico, pese a enfrentar desafíos fiscales y una inflación persistente. El consumo privado se mantuvo estable, respaldado por un mercado laboral resistente.
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Por su parte, Perú, Chile y Colombia (en el segundo trimester de 2025, el Producto Interno Bruto en su serie original, creció 2,1% respecto al mismo periodo de 2024, según el Dane), mantienen procesos de recuperación tras la desaceleración observada en 2023. En los dos primeros casos, la revalorización de los metales aportó ingresos adicionales, mientras que en Perú la inflación controlada y una mejora del empleo incentivaron el consumo privado.
Colombia, por su parte, logró mantener el dinamismo económico gracias a la reducción del desempleo (en junio de 2025, la tasa de desempleo en Colombia se ubicó en 8,6%. Esto refleja un aumento de 831.000 personas ocupadas respecto a junio de 2024, según el Dane), lo que permitió sostener la actividad del mercado interno. Argentina observa una caída significativa de la inflación e impulsa el crecimiento del crédito, otro indicador favorable.
En cuanto a México, el análisis señala que persisten dudas respecto al comercio exterior y a la reducción del gasto público. Aunque la economía de ese país creció en el primer semestre, la inversión privada muestra signos de debilitamiento y los niveles de contratación formal permanecen estancados.
Para el segundo trimestre, Moody’s Analytics calcula que la región mantendrá el ritmo y alcanzará un crecimiento de 2,3%. Las perspectivas para los próximos 12 meses, sin embargo, son menos favorables debido a factores como la incertidumbre internacional, la inflación superior a las metas de los bancos centrales, la limitada capacidad fiscal de los gobiernos y el ambiente político y social complejo.
El informe también analiza el impacto de la política comercial de Estados Unidos sobre América Latina. La administración encabezada por Donald Trump pospuso de forma temporal el aumento de aranceles relacionado con el fentanilo y la migración, con lo que brindó cierto respiro a México. Los nuevos aranceles elevados, sin embargo, continúan y podrían afectar los flujos de inversión extranjera directa.
Además, la decisión de dejar fuera el cobre refinado de los nuevos aranceles beneficia a Chile y Perú, mientras los gravámenes a productos brasileños, estimados en una tasa efectiva de 30 %, representan el cambio más notorio para la región.
Moody’s Analytics prevé la permanencia de estas barreras comerciales, ya que no anticipa un acuerdo entre los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y Donald Trump.
Respecto a los riesgos, la calificadora identifica la apreciación de las monedas regionales y el aumento de precios de materias primas como factores que juegan a favor de América Latina. Los efectos negativos derivados de la guerra comercial mundial han sido menores a lo esperado. Aun así, existen elementos de vulnerabilidad: la inflación aún supera los objetivos de política monetaria aunque muestra signos de descenso, y el próximo calendario electoral junto con los límites fiscales podría condicionar el ritmo de expansión.
El contexto presentado por Moody’s Analytics abre oportunidades para Colombia en distintos frentes:
La recuperación económica apalancada en la reducción del desempleo fortalece el consumo interno, una de las bases esenciales para reactivar otras ramas productivas. Un mercado laboral más sólido facilita el acceso al crédito de los hogares y dinamiza sectores como la construcción, servicios y manufactura.
El control de la inflación, señalado en el reporte, permite que las familias y empresas planifiquen inversiones y compras sin presiones por incrementos constantes de precios. Además, la estabilidad del sistema financiero apoya la reactivación de la cartera de crédito y la confianza en el consumo de bienes duraderos.
El entorno internacional descrito también aporta ventajas. La valorización de materias primas y la apreciación de la moneda regional facilitan que Colombia obtenga ingresos adicionales por la exportación de productos básicos, como el café, el carbón y el petróleo. Si el Gobierno logra mantener la inflación bajo control y ofrece un marco de política económica estable, el país puede captar parte de la inversión extranjera que busque refugio en mercados emergentes menos expuestos a la volatilidad.